Escribo el día de mi 51 cumpleaños, el 12 de mayo de 2022, rodeada de verde hierbabuena y rojo rosa, en el patio de mi casa, mientras organizo las abuelitas medicinales para los rezos de las mujeres que vienen al retiro del climaterio, en muy pocas semanas. Esta vez; salvia, rosa y caléndula.
Mientras voy desmenuzando las plantas, voy viajando en mi recuerdo el sentido y el camino de mi causa, el acompañamiento a la mujer en este umbral contundente de nuestra vida, van apareciendo mujeres que me han acompañado e inspirado desde los primeros instantes, en los inicios de los primeros aromas del climaterio.
Hace unos 10 años, en el círculo en Ca la LLuna, en la formación » El viaje de la mujer cíclica» que parieron y gestaron Sophia Style, Xènia Ros y Núria Beitia, se dio un momento único que cambió mi lugar en la comprensión de la ciclicidad femenina y la manera de acompañarla: hablaron las mujeres ancianas de la comunidad y tocaron material altamente valioso del climaterio.
Montse Catalán Morera, Carmen Escribano y EulàliaPàmies ( La meva menopausa) destaparon de la forma más genuina, propia de sus seres, este portal.Nos contaban secretos y nos regalaban tesoros: desee llegar a mi despedida de la sangre, desee celebrar mi ausencia de descargas de sangre menstrual y convertirme en una mujer que ya no menstrúa, más cerca de la doncella que nunca, liberada y ofreciendo mi tiempo y servicio a la comunidad. Le perdí el drama y el trauma a la menopausia, quise alcanzar ese sitio privilegiado donde las sentía a las tres tomadas y servidas de gracia.
Hablamos de los sofocos, de los huesos, de los cuerpos cambiantes, de lo que habían tenido que oir, de lo que ellas habían decidido hacer con sus dones, de lo que importa y recuerdo a Carmen contar una anécdota que al cabo de los años sobre algo que a mi me conecta con «el duelo de la juventud».
Recuerdo cada palabra de nuestra querida Eulàlia Pàmies, la mujer que me inspiró en este camino que tomé años más tarde para poder acompañar a los grupos de mujeres que están en tránsito.
Ese día, con 42 años, yo entré en el laberinto, primera orilla, primera puerta del climaterio y en cada galería del laberinto, he tomado mis tesoros. Unos años más tarde, teniendo ya los 45, sintiendo la soledad y la clandestinidad de este portal, con el volumen alto de las olas y las sacudidas de la alfombra de mi vida, los centrifugados impecables de mis hormonas y mis fuegos y metales, decidí crear un espacio donde pudiéramos compartir, escuchar y manejar el material del climaterio entre iguales.
Honro a las mujeres que me han inspirado, Eulàlia Pàmies, Montse Catalán, Carmen Escribano, Marianna García-Legar y Pilar Vergés, honro a mis hermanas de camino que me prepararon el escenario y me dieron la mano en mi ritual de paso en la retirada de la sangre: Farners Aymerich, Eva López, Suri Lesta, Mónica Calderón, Lucia Leiva , Jessica Malvarosa, Daniela Ruíz, Bri Pont, Andrea Secchi y Ona Montfort.
En estos últimos años, he estado con los ojos abiertos, investigando, informándome y ofreciendo espacios para sentirme soberana y coherente para poder acompañar . Me he formado en psico nutrición para esta etapa, he conocido el baile de las hormonas de la mujer, la anatomía de movimiento para la menopausia , las peculiaridades de la ginecología holística y la alquimia taoísta en el otoño de la vida, el qigong ginecológico que facilita la armonía en estos años y he creado el ritual de paso para las mujeres que entran en el laberinto ( individualizado para cada portal de la larga senda).
Actualmente, habiendo traspasado la menopausia, facilito programas completos que acompañan todos los campos: emocional, físico y energético.